Esta es nuestra realidad (Marilyn M)

Aquella cálida tarde de sábado Liz caminaba animadamente de regreso a su habitación lista para quitarse el uniforme; la hora libre había iniciado y quería prepararse un té y meterse en la cama a leer o ver la televisión. O quizás revisar internet, su nueva cámara le había permitido subir varias nuevas fotos a su perfil en Knoxville network y quería comprobar si había algún nuevo comentario.

Empujó la puerta con suavidad y entró cerrándola silenciosamente detrás de ella -¿Hola?- llamó pero nadie contesto, solo había puro silencio.
Escuchó unos ruidos provenientes del baño, y suponiendo que era su compañera, sonrió y empezó a quitarse el  uniforme -Pensé que habías salido- dijo con voz esforzada mientras trataba de ponerse los pantalones de su pijama azul -Tengo algo para ti, una de esas cosas que te mandan los chicos, voy a dejarla sobre tu cama ¿si?- y dicho esto, sacó un sobre de delgado papel blanco con decoraciones doradas en la apertura sobre la cama de su compañera, antes de terminar de ponerse su pijama y tirarse sobre su propia cama a ver la televisión. Marilyn siempre recibía esas extrañas cartas con declaraciones amorosas y Liz, siempre acababa como su mensajera...

A Liz le gustaba mucho ver el discovery channel y el animal planet, pero no por que fuera una entusiasta de la ecología o la veterinaria, sino por que podía ver lugares que quizás nunca podria ver en persona. Esto la deprimía un poco por que, si bien su fe en Knoxville era inquebrantable después de que la salvaron de los maltratos que sufría en el circo en el que vivía antes, ella tenía una curiosidad innata y ver siempre el mismo lugar con la misma gente la aburría y entristecía un poco. Pero no había nada que pudiera hacer. O no sin riesgo, al menos.

-Extraño a Nat- comentó Liz a su compañera, sin quitar la vista de la televisión -La habitación se siente muy vacía sin ella- añadió en un suspiro, mirando la cama vacía. ¨Nat¨ la clon de Natalie Wood, había sido alguna vez la tercera habitante de esa habitación; a Liz le agradaba por que siempre le contaba historias y cosas sobre varias partes del mundo. Aparentemente su comprador había sido alguien muy rico, que la había echo ir a todas partes del mundo.
Sin embargo, hacía pocos meses Nat había intentado escapar por la noche, pero fue atrapada por la jefa de seguridad y llevada a la dirección -¡Oh! ¡Recordé algo!- exclamó dándose vuelta bruscamente sobre su cama, mirando a su compañera -Hoy en clase hablé con el chico este....um...¿El de cabello rizado? ¿nariz grande?- se acarició suavemente la barbilla pensativa -¡Si! ¡Johann! ¡con Johann!- exclamó dando un saltito sobre su cama -Dijo que la vio salir de la dirección al los laboratorios después del.....incidente. Dijo que estaba escoltada por varios científicos, espero que esté bien- y dicho esto volvió a hacerse una bolita en su cama, mirando la televisión.

-Ugh...- gruñó desanimada Liz, al sentir el fuerte olor que provenía del baño incluso tras cerrar la puerta -Vamos a tener que limpiar eso mas tarde...- rodó sobre la cama poniéndose boca abajo, no quería ni pensarlo. No sentía un olor de ese tipo desde hacia como un año; las horas para limpiar los baños del circo eran terribles.

Escuchó atentamente la historia de su compañera, mas no añadió mas comentarios, solo se limitó a levantar su cabeza suavemente de la cama para verla un par de segundos y volver a hundir su cara en la cama -¿Por que alguien haría eso, Mary?- preguntó en voz baja con respecto a lo de la comida. Sabía que algunas personas parecían tener un total desagrado por su compañera, pero Liz no era capaz de creer que alguien solo fuera hasta ella e intentara meterle la cabeza en una bandeja de comida.

Liz volvió a rodar en la cama para sentarse al borde de esta, mirando a su compañera después de escuchar su pregunta -Hoy me llamaron del edificio D para mi entrevista con los psicólogos, dice que estoy progresando. Y creo que hoy no teníamos clases juntas...- miro hacia arriba pensativa, tratando de recordar si les tocaba alguna asignatura juntas esa mañana; a pesar de que ambas eran clones de actrices, era increible las diferencias horarias que podían tener.
Pero la proposición de su compañera la hizo olvidarse de todo el asunto y volver a ella -¿Hacer algo? ¿como que?- ella quería pasar una tarde tranquila, pero no se lo diría a Marilyn ya que como buena compañera y amiga que era, saldría con ella si eso es lo que quería -Ahora que dices hacer algo, me recordaste a algo que escuché hoy en clase...- lentamente se levantó de su cama y se sentó sobre la de su rubia compañera. Cuandoo llegó hasta allí se inclino sobre ella, susurrando con un tono receloso y algo alarmado -Unas chicas iban a ir a uno de esos clubes nocturnos...¡Y volver después del toque de queda!. Se a echo antes pero aun así ¡están locas!- Liz empezó a mover los brazos, haciendo gestos nerviosos con las manos -¡Dicen que la primera clon escapada trabaja ahí! ¿Como pueden saber que está ahí y no reportarla?- Liz no comprendía la magnitud de lo que estaba diciendo; cualquier clon atrapado haciendo cosas ilegales como la primera clon escapada, acabaría como su antigua compañera Natalie; eliminado. Aun así, su lealtad hacia la institución no le permitía hacer mas que seguir sus terribles reglas y respetar sus castigos, aunque eso signifique que alguien mas sea herido.

-Pero como sea...- comentó levantándose de la cama ajena, estirándose un poco -¿que tenías en mente? ¿Ir al centro comercial otra vez? es sábado y tal...-

Liz intentó recordar a la chica de la que Marilyn hablaba de esa forma tan agresiva, solo para tenerla en su lista mental de personas de las cuales prefería alejarse. No recordaba si era una estudiante tipo A o tipo B, ya que nunca la habia visto usando el uniforme, siempre se la topaba durante las horas libres con su ropa de calle, pero si que recordaba a esa chica de cabello oscuro. Aun así la preció raro, con Liz había sido amable. Suspiro y negó con la cabeza; ¨Será mejor dejar a esas dos hacer¨ pensó.

Liz solo le sobó la espalda a modo de consuelo cuando la otra la comentó preocupada sobre su visita al psicólogo. No entendía bien su temor ya que nunca los había sentido; su comportamiento era ejemplar al igual que sus deseos de convertirse en la nueva y mejor Elizabeth Taylor, reciente miembro del proyecto Blair. Ella nunca tenía problemas con sus reportes psicológicos, pero de cualquier forma quería reconfortar a su amiga.

Liz dio un bote en su cama cuando Marilyn dijo que quería ir al cine y se levantó repentinamente de la cama de su compañera, como si todo su cansancio hubiese desaparecido repentinamente. Acto seguido, sacó su pequeña computadora de dentro de su mesita de noche y tras abrirla, tecleó por varios segundos en silencio, antes de darla vuelta mostrandole el sitio web de el cine mas cercano, que incluía las películas en cartelera -¡Esta! ¡quiero ver esta!- Liz, gran entusiasta de la mitología griega, tenia su dedo indice sobre la pequeña imagen de portada de ¨La leyenda de Hercules¨. La critica decía que era mala y poco parecía a la historia de Hercules, pero ella veía todas las películas de ese estilo que salían y no quería perder esa -Quiero verlo usar la piel del tigre ese...- exclamó entusiasmada -No, no del...¡Leon! ¡El Leon de Nemea! ¡Todo ensangrentado!- y dicho esto soltó la computadora sobre la computadora y tras hacer un par de gestos con las manos de como si estuviera apuñalando a alguien con algún tipo de espada, se levantó, tomó ropa de su baúl y se metió en el baño.

Se puso un pequeño vestido informal y unas botas a juego y salió del baño -¡Vamos! ¡Vamos!- dijo entusiasmada parándose junto a la puerta impaciente.